En su reunión de política monetaria, el Banco Central Europeo decidió reducir sus tipos de interés en un cuarto de punto, una medida que responde a la desaceleración reciente de la inflación en la Eurozona. Esta decisión se dio en un contexto de elevada preocupación por posibles conflictos comerciales con Estados Unidos y un aumento significativo del endeudamiento en los países de la región.