El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha declarado que el cierre progresivo de los centros migratorios situados en la selva del Darién está en marcha. Esta decisión responde a una caída dramática del 98% en los cruces de personas hacia el norte del continente. Los cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos, junto con la vigilancia estricta que ejerce Panamá y la peligrosidad de esta región selvática, han llevado a una reducción en el flujo migratorio en esa dirección, sin embargo, se ha observado un aumento en las personas que utilizan esta ruta para regresar a sus países de origen.