Ante las crecientes amenazas percibidas de Rusia, Europa ha intensificado sus esfuerzos defensivos. Finlandia ha tomado la decisión de abandonar la Convención de Ottawa para almacenar minas terrestres, mientras que Dinamarca se ha comprometido a proporcionar misiles avanzados a Francia. Además, otros países europeos están colaborando y aumentando su inversión en capacidades de defensa, y España se ha comprometido a alcanzar un gasto del 2% en defensa.