El exgobernador de Puebla, Mario Marín, ha sido devuelto a un penal tras la revocación de su medida de prisión domiciliaria, a raíz de la determinación de un tribunal que considera el riesgo de fuga. Este ajusticiamiento se relaciona con el delito de tortura en el cual está implicado en el caso de la periodista Lydia Cacho. La medida se tomó tras presiones de varios organismos de derechos humanos que denunciaron la impunidad en este caso y demandaron justicia para las víctimas. La Fiscalía ha solicitado que se le mantenga en el centro penitenciario para evitar riesgos de evasión.