En Texas, Estados Unidos, se ha confirmado la muerte de una niña de 8 años debido a sarampión, marcando la segunda fatalidad relacionada con este brote en el estado, que ha reportado un total de 481 casos desde enero. La menor, que no estaba vacunada, falleció en un hospital tras ser diagnosticada con insuficiencia pulmonar causada por el virus. Este inusual aumento de casos de sarampión ha suscitado preocupación en un contexto donde el escepticismo hacia las vacunas ha ido en aumento entre la población. Los informes del Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas destacan que la mayoría de los pacientes afectados no estaban vacunados, poniendo de manifiesto la importancia de la inmunización en la prevención de brotes.