En Brasil, ha habido un alarmante aumento del 70% en casos de discriminación y ataques a prácticas religiosas relacionadas con las religiones de origen africano, como la umbanda y el candomblé, según un informe del ministerio de Derechos Humanos. Los fieles enfrentan amenazas constantes y sus templos son objetos de vandalismo, en un contexto que muchos analistas describen como una “guerra santa” contra estas tradiciones.