En un acontecimiento significativo, Estados Unidos y Rusia llevaron a cabo un nuevo intercambio de prisioneros en el aeropuerto de Abu Dabi el 10 de abril. Esta operación involucró la liberación por parte de Moscú de una ciudadana con doble nacionalidad que había sido condenada por realizar donaciones a una organización estadounidense que apoyaba a Ucrania. A cambio, Washington entregó a un individuo acusado de adquirir microelectrónica sensible con destino a Rusia, reflejando así un progreso en las tensiones entre ambas naciones.