En un giro inesperado, el presidente ruso Vladimir Putin se declaró el 21 de abril abierto a entablar negociaciones directas con Ucrania, una medida que no se había contemplado en años. Su propuesta de cesar los ataques a infraestructuras civiles por un periodo de 30 días ha sido recibida con escepticismo por expertos, quienes sugieren que podría tratarse de una trampa diseñada para desviar la atención de Kiev.