En una final que tuvo todo el dramatismo esperado, el Barcelona logró su trigésimo segundo título de la Copa del Rey gracias a un gol de Jules Koundé en el tiempo extra, llevando el marcador a 3-2 frente al eterno rival, el Real Madrid. Este emocionante cierre a un partido vibrante reafirma el carácter combativo de ambos equipos en una rivalidad que nunca deja de sorprender.