La relación entre Estados Unidos y China atraviesa un momento de gran tensión, evidenciado por condiciones como una guerra arancelaria y un fuerte impulso por dominar sectores tecnológicos. En este contexto, Taiwán se convierte en un foco de atención crítico, ya que The Economist sugiere que hay tres factores que generan alarma y hacen prever una inminente crisis entre ambas superpotencias en relación con este territorio.