En una medida histórica, el Gobierno de Donald Trump ha impuesto sanciones a cuatro juezas de la Corte Penal Internacional. Este acto es una respuesta a la investigación del tribunal sobre supuestos crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Afganistán y a la reciente orden de arresto emitida contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. La Corte ha denunciado esta acción como un intento flagrante de minar su autonomía y capacidad de funcionamiento.