En una escalada significativa, Israel llevó a cabo una serie de bombardeos que tuvieron como objetivo la cúpula militar y científica de Irán, cobrando la vida de varios altos mandos de la Guardia Revolucionaria. Entre las víctimas se encontraron el jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, así como otros líderes militares y científicos nucleares. Estos ataques no solo marcan un punto de inflexión en el conflicto, sino que también generan preocupaciones sobre las repercusiones de tal nivel de violencia en la región.