El Gobierno peruano ha declarado un estado de emergencia en Lima y la provincia de Callao, una medida que afecta a un tercio de la población del país. Esta decisión se produce tras el trágico asesinato del cantante Paul Flores en un autobús, un incidente que ha intensificado las preocupaciones por la creciente ola de criminalidad en la capital. La declaración incluye el despliegue de las Fuerzas Armadas para enfrentar este problema, que ha llevado a la sociedad a manifestar una profunda preocupación por la seguridad pública.