Con apenas nueve años, Jorge Mario Bergoglio vivió la victoria de San Lorenzo de Almagro en el campeonato argentino, gracias a la destacada actuación de la famosa delantera conocida como el “terceto de oro”. Esta experiencia marcó el inicio de su conexión con el club, que permaneció cerca de su corazón a lo largo de su vida y le sirvió como un símbolo significativo en su camino.