El mundo se despide del papa Francisco mientras la Catedral Metropolitana de Buenos Aires rinde homenaje a Jorge Mario Bergoglio. Este “porteño”, mucho más allá de su rol como pontífice, ha dejado una profunda huella en aquellos que lo conocen personalmente. A través de relatos emotivos que destacan su conexión con la comunidad, se materializa un legado de cercanía y ternura que perdurará en la memoria colectiva.