En un contexto de agitación social y protestas, el presidente Donald Trump celebró su 79 cumpleaños al dirigir un desfile militar en Washington, conmemorando el 250 aniversario del ejército estadounidense. Mientras Trump era recibido con honores, protestas se desataban en el país, donde los manifestantes criticaban su estilo de gobierno autoritario. El desfile, diseñado para demostrar fuerza, fue opacado por carteles que indicaban “No Reyes”, haciendo eco de las preocupaciones sobre la militarización de la política. La discordancia se sintió a lo largo de muchas ciudades, con cierta tensión que se evidenció no solo en Washington, sino en lugares como California y Nueva York.