Donald Trump informó que el 25 de junio se firmó un nuevo acuerdo arancelario con China, el cual incluye aranceles del 55% para productos importados de ese país y un 10% para las exportaciones estadounidenses. Sin embargo, no hubo un anuncio formal previo, lo que ha generado incertidumbre. Este acuerdo también contempla concesiones en campos como el suministro de tierras raras, al mismo tiempo que se asegurará la continuidad de los visados para estudiantes chinos. Las reacciones han sido variadas, con analistas que se preguntan si este enfoque sería efectivo y las preocupaciones que generan estas decisiones en la economía global.