La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) ha demandado a las autoridades locales que cumplan con el compromiso de mantener Los Ángeles como ciudad santuario, tras una serie de redadas del ICE que resultaron en la detención de alrededor de 45 personas. Según activistas, los operativos llevaron a la intervención de agentes municipales y violentas confrontaciones con miembros de la comunidad que intentaron impedirlas. La ACLU critica fuertemente la colaboración entre las fuerzas del orden y el ICE, argumentando que estas acciones terrorificaron a las comunidades locales y afectaron su vida diaria, impidiendo a muchos asistir a trabajos y eventos familiares. Las redadas fueron las más grandes desde que Trump asumió la presidencia y han generado un amplio rechazo en la comunidad.